A Worker Dies
- Clementina Suarez, Translated by Janet Gold (in Marjorie Agosin, Ed., These Are Not Sweet Girls)
I will not go down like an old rag
not a single tooth has fallen from my mouth.
My flesh is intact
my head raised high above my supple form.
I will die, but with a fresh mouth
with a firm, clear voice I will answer the call.
I know life’s minutes are numbered
that destiny never turns back.
I am not afraid to enter the shadow
let no one come to mourn my death,
the froth of my blood is used up like oil
for that moment I ask only silence.
Once I am dead, I do not want them to fix my hair
or cross my hands over my breast,
I want to be left as I fell
placed simply in the open earth.
I do not want them to dress me up, or to profane my death
by being present those who never were in life.
Sincere comrades, those I’ve always had,
let only them bury me.
Nor do I want a tombstone or a cross,
I want nothing the poor do not have.
Even after my death my fist will be clenched
and my name will be like a flag in the wind.
Una obrera muerta
- Clementina Suarez
Yo no bajaré a la tumba convertida en harapo,
ni un solo diente de mi boca se ha caído.
Las carnes en mi cuerpo tienen su forma intacta
y ágil en su tallo se yergue la cabeza.
Yo iré a la muerte pero con el labio fresco,
con voz firme y clara responderé a la llamada.
Yo sé que están contando los minutos de la vida
y que jamás el destino su sentencia retrasa.
Sobresalto no tengo por entrar a la sombra,
nadie quiero que venga por mi muerte a llorar,
la espuma de mi sangre como aceite se acaba
y para ese instante a todos solo pido silencio.
No quiero que ya muerta peinen mi cabello
ni que las manos juntas pongan en mi pecho,
quiero que me dejen así como me quede
y así en la tierra abierta me vayan a dejar.
No quiero que me vistan, ni que me ultrajen muerta,
estando conmigo los que nunca estuvieron.
Compañeros sinceros, los que siempre tuve,
solo esos que se encarguen de irme a enterrar.
Tampoco quiero seña, ni que una cruz me pongan,
no quiero para mí nada que los pobres no tengan.
Pues aún después de muerta, mi puño estará cerrado
y en el viento mi nombre será como bandera.